Cómo retapizar un sillón
Retapizar nuestra silla o sillón favorito puede ser el punto que le faltaba a la decoración del salón o incluso poder aprovechar ese mueble que hace tanto tiempo que no utilizamos, pero… ¿es muy difícil retapizar? Si quieres saber cómo poder hacerlo, te lo explicamos en esta entrada.
Lo primero que tenemos que hacer es retirar de la tapicería antigua las grapas y cualquier otra clase de sujeción que tenga la silla o el sillón. Una buena forma de hacerlo es con un cincel o un destornillador, metiéndolo por debajo de las grapas y sacándolas con cuidado ayudándonos de una pinza, por ejemplo.
Iremos retirando poco a poco todas las sujeciones que pueda tener el tapizado antiguo y cuando lo hayamos hecho ir quitando los paneles de la tela de la funda del asiento, los brazos (si los tuviese tapizados), la zona trasera y los bajos.
No tiraremos nada del material que hemos retirado porque nos servirá como plantilla para la nueva tela, por eso es muy importante que al sacar las grapas y chinchetas se haga sin romper la tela. Cada trozo que hemos retirado lo marcaremos por detrás con un número o el nombre de la zona de donde lo hayamos quitado, así tendremos la referencia para continuar con nuestro retapizado.
Iremos estirando bien las piezas y tomando sus medidas, para que después al comprar la tela para hacer el trabajo tengamos el conocimiento exacto de la longitud que debemos comprar.
Cuando hayamos elegido la tela que queremos, la colocaremos sobre una mesa o sobre el suelo si no tenemos demasiado espacio y sobre ella la parte antigua, de forma que nos sirva como plantilla y marcaremos con un lápiz o una pastilla de jabón seca, como los sastres.
Si la espuma de la silla o el sillón están en buen estado todavía, se puede aprovechar. De lo contrario tendríamos que ir a una tapicería o una tienda especializada para comprar espuma y reparar los daños que pueda tener.
Volviendo al tema de la tela, una vez cortada, tendremos que ponerla en la parte que le corresponda siguiendo las indicaciones que apuntamos al principio. La colocaremos y graparemos por un lado con una grapadora de tapicero haciendo un dobladillo para que sea más resistente, estiraremos bien la tela y repetiremos la misma operación por todos los rincones, procurando que la tela quede lo suficientemente tirante.
Esto debemos repetirlo tanto por la zona de la espalda, el asiento, respaldo, brazos, laterales y bajos. Como no seguramente no seamos tapiceros profesionales, lo mejor es que solicitemos la ayuda de un familiar o amigo para que nos eche una mano estirando la tela de tapizar y en menos de lo que imaginamos ya habremos terminado.
El proceso en sí no es demasiado difícil, solo es algo laborioso y hay que seguir los pasos uno a uno para conseguir los mejores resultados, pero así podremos volver a dar uso a ese sillón que tanto nos gustaba y no usábamos porque tenía mal la tapicería o incluso podemos adquirir un sillón de segunda y ser nosotros o nosotras quienes creemos el mueble más adecuado para nuestro hogar.